martes, 1 de diciembre de 2015

¿Qué regalar esta Navidad?
Las tiendas están ya decoradas y llenas de cosas de brillantes colores para comprar y regalar, para luego… ¿Qué hacer con ellas? Una apuesta que nunca he perdido es: Te apuesto a que no te falta ropa, pero si te falta armario.
Por cierto, si te falta algo de ropa y puedes hacerlo, cómpralo. Pero la camisa número 23, el octavo par de zapatos o la tercera parka, creo que no tendrá un gran impacto en la vida de quien recibe el regalo.
Qué tal pensar un poco mejor en que regalar… ¿qué tal una experiencia? ¿Una escapada a un lugar bonito, una salida a comer a un restaurant diferente en un barrio diferente o ver juntos una película?
El mejor regalo que he recibido, el que más me ha durado y que más me ha servido fue Insight 1. Lo tomé y cambió la forma en que veo las cosas, de pronto lo que ya tenía se volvió mejor y comencé a ver nuevas oportunidades, lo que me llevó a progresar profesionalmente y lo que más cambió fue mi relación conmigo, ahora llevo un amigo conmigo todo el tiempo.
Si te parece, puedes regalar o regalarte Insight, será uno de los mejores regalos de tu vida.


Si el Plan no funciona, por Romina González Copello, Seminarios Insight Perú

23 noviembre, 2015

Si el Plan no funciona, cambia el plan pero no cambies la meta
Nuestros éxitos y lo que llamamos comúnmente fracasos, creámoslo o no, impactan en mayor o menor medida en nuestra autoestima, el cumplimiento de nuestros sueños y objetivos alimenta nuestra valía personal. Las metas nos dan energía y aumentan nuestros niveles de entusiasmo porque estamos apuntando hacia algo que es importante para nosotros, que nos anima a ponernos en movimiento.

Una meta, por pequeña que sea, puede ser como combustible para ir por más de aquello que queremos en la vida. Si atraviesas por momentos de desánimo en tu vida, comprueba esto, ponte una nueva meta y ve por ella.

Una meta puede ser un valioso recurso para reconectar con esa motivación que es parte de nosotros y que a veces vamos perdiendo por la inmediatez del día a día y por las situaciones en las cuales creemos que hemos fracasado.

Es importante ir por lo que verdaderamente queremos y no por lo que el entorno o la sociedad indica, cuando nos planteamos metas que no son necesariamente nuestras podemos experimentar desánimo, algo no termina de acomodarse dentro de nosotros, podemos dejarlo a medio camino o sentirnos fracasados, incluso antes de completar el proceso.

Te invito a plantearte una meta, ¿cómo hacerlo?. Pues lo primero es plantearte ¿qué quiero?. Una vez que tienes claro aquello que quieres, visualiza el resultado, visualízate a ti habiendo ya conseguido aquello que te estás planteando, observa cómo te sientes, cómo te ves, dónde estás, con quiénes. Si la sensación es de plenitud, de gratitud, de alegría, de confianza… esa es la meta! Luego puedes hacer un plan de acción y probar, y si el plan no funciona, cambia el plan, no cambies la meta.

Te deseo lo mejor en el logro de tus metas.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Eso que los graduados no sabemos explicar, por Gastón Manuzza, Seminarios Insight Argentina

A veces los graduados del seminario somos insistentes con las personas de nuestro entorno, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. ¡Tienes que tomar el seminario! ¡En serio! ¡Ve, anda y tómalo! Y cuando decimos cosas así sabemos desde que lugar las decimos.
Las decimos después de haber pasado por una experiencia que transformará nuestras vidas. De hecho los que estamos graduados desde hace tiempo conocemos y reconocemos como el aplicar las herramientas del seminario nos permite vivir una vida mas plena día a día. Y no es que la vida después de tomar el seminario se vuelva color de rosa , la vida sigue teniendo los mismos desafíos y bendiciones que siempre, en mayor o menor medida.

¿De qué se trata Insight? ¿Qué voy a obtener en Insight? Cuando nos preguntan eso sacamos toda nuestra artillería y comenzamos conque las herramientas,  que va a mejorar toda tu vida, tienes que tomarlo, les contamos de que se tratan los temas específicos día por día, que es lo que pueden encontrar en el seminario, la logística, el costo, donde se hace, quienes los dictan, etc., etc., etc.
Pero esta es toda la información consciente, lo que aprendimos en esa experiencia tan única e inolvidable.
Entonces ¿Porqué Insight es una experiencia tan particular? 
Esto es justamente los que los graduados no sabemos explicar. Mas allá de toda esa información que sí sabemos y ponemos en práctica, en el seminario,  con el pasar del tiempo, de las horas y de los días, sucede para cada persona una conexión. Esa conexión es justamente la experiencia única y particular y realmente es imposible ponerla en palabras.
Una vez un amigo graduado me dijo, querer explicar Insight es como querer explicar el sabor del chocolate. Si probaste el chocolate ya lo conoces, sabes cual es su textura, que pasa cuando lo muerdes y comienza a derretirse en tu boca hasta que lo tragas, conoces esa experiencia, difícil de transmitirla a alguien que no la ha tenido.

Solo podemos decir, que esa conexión única sucede dentro del seminario y seguramente es una conexión contigo mismo, con tu consciencia,  con tu corazón y en definitiva con el amor que necesitamos las personas, con nosotros mismos primero para luego poder compartirlo con los demás.

martes, 15 de septiembre de 2015

“El amor”: Carta de Albert Einstein a su hija.

Hoy queremos compartir con ustedes, un texto muy inspirador, que compartimos en el grupo de directores y facilitadores de Seminarios Insight en Iberoamérica. Esperamos que lo disfrutes.


“Querida Liserl:

Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.

Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR.

Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.

Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.

Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser siente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.

Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!


Tu padre: Albert Einstein”

lunes, 31 de agosto de 2015

Mad Max se humaniza: Aprender a reconocer al humano a mi lado por Peter Felsmann, Facilitador de Seminarios Insight Iberoamérica


Hace poco estuve en una conferencia con colegas de Insight y tuve una toma de consciencia que ha mejorado la calidad de mi vida de forma notoria. A continuación les cuento de qué se trata.
Después de tomar el Seminario Insight a los 16 años en 1986, me he enfocado en aprender a aplicar las enseñanzas que Insight da,  convirtiéndome en facilitador para Insight Niños, Adolescentes y Adultos y haciendo lo mejor para cada día ser más amoroso, tener más paz y en especial aprender a mantener Compasión por mí y por mi prójimo. 
Y a pesar de haber avanzado mucho en éste tema, como por ejemplo aceptar a mis padres tal cual son y eran, y a pesar que en general respondo a las ofensas con neutralidad y re-dirección y considerando que soy afectuoso con la gente que quiero, existía aún un área de mi vida en la que todo esfuerzo por Paz, Compasión y Amor al prójimo fracasaba, y fracasaba con todo el estruendo de un demente, gritando en su coche, tocando bocina al son de las palabrotas que brotan de su boca.
Por supuesto me refiero a manejar en el tráfico de la Ciudad de México. 
Empecé a odiar el tráfico en mi ciudad natal, Caracas y fue allí donde refiné mi técnica de manejo. La técnica conocida como “No Dejar Que Me Jodan”.
Tal vez la conoces…
La manera que aprendí a manejar haría que Mad Max sienta vergüenza ajena.
En la conferencia que asistí, justamente tomé un taller cuyo foco era aprender a ver la vida con los ojos del Corazón.
Y gracias a lo que concienticé en ése taller,  decidí “Ver con los Ojos del Corazón” cuando estoy al volante.
Es algo muy sencillo, sin embargo siento es el área adonde he estado fuera de integridad. El enojarme tanto con los conductores que juzgo como desconsiderados, ha sido a principal parte de mi vida adonde no había sabido mantener mi centro amoroso y compasivo con mis hermanos y hermanas.
A través de los ejercicios simples del taller, reconocí que tenía la oportunidad de llevar más Paz a los momentos que estoy manejando en el tráfico de mí querida Ciudad de México.
El método es simple—
(Lo comparto contigo para que si quieres, lo utilices).
Escribí en un papelito adherente  Post-It: “Ve a todos con los Ojos del Corazón” y lo pegué en el tablero de mi coche, al lado del volante.
¡Y ha sido increíble la transformación!
Para empezar, reacciono menos. MUCHO menos.
Y de vez en cuando, cuando alguien hace algo que considero particularmente descuidado, grosero o estúpido (perdón, quise decir “inconsciente”), entro en una reacción que dura medio segundo y de inmediato recuerdo “Ver a todos con los Ojos del Corazón”, e instantáneamente suelto lo ofendido y enojado que me encuentro, le envío “buenas vibras” al otro chofer y regreso a mi centro amoroso.
Entonces, si te sirve de algo mi aprendizaje, éstos son los pasos que yo sigo para poder reconocer a lo sagrado en medio de los desafíos cotidianos:
1)    Piensa en la situación donde con mayor facilidad olvidas tu parte pacífica y bondadosa (o la de otros). En mi caso, que alguien maneje mal, descortés o haciendo tonterías
2)    Decide si prefieres a)         seguir teniendo la razón (por ejemplo: “¡No es posible que en ésta ciudad la gente sea tan IDIOTA!”)
O decide si eliges b) si estás comprometido en ver a persona que te cruzas con “los Ojos del Corazón”.
3)    Finalmente, toma la determinación que cada vez que experimentes ira, juicio o impaciencia,  en automático “se active” la compasión (en mi caso, decidí que cada vez que sintiese enojo y juicio en el tránsito de la ciudad, instantáneamente yo me diría la frase: “Ve a todos con los Ojos del Corazón”, y luego enviar buenas vibras al otro automóvil y su chofer.
Estoy encantado con los resultados. Mis días se han tornado más placenteros y puedo ser un alguien que mejora la calidad de todos en mi ciudad. Mi estrés ha prácticamente desaparecido cuando estoy al volante.

Mad Max se ha vuelto “Driving Miss Daisy”


Espero que te sirva de algo mi aprendizaje. Ahora me toca aplicarlo a la otra área adonde tiendo a olvidar que frente a mí hay un humano, digno de mi compasión: ¡LOS BURÓCRATAS!

lunes, 17 de agosto de 2015

¿Buenas Intenciones o Buenas Acciones? por Marco Mejía, Seminarios Insight Mexico


Esta semana en particular me ronda mucho una frase que escuche hace mucho tiempo y que creo que haría muy diferentes las cosas en nuestro mundo: “El mundo está lleno de buenas intenciones, pero de pocas buenas acciones”.

Creo que todos los días sobran los momentos en los que podemos hacer algo bueno por alguien: desde abrirle la puerta, cederle el paso en el tráfico, o recoger basura que nos encontremos en la calle; hasta permitirnos ir más allá, como dejar una propina grande cuando el servicio lo merece, o invitarle el café a la persona de atrás en la fila. Todos tenemos la enorme capacidad de cambiarle el día a alguien, de recordarles que vivimos rodeados de personas compasivas, comprometidas y deseosas de crear un mejor mundo. ¿Cuántas veces has tenido esa oportunidad en tus manos?

Lamentablemente, en muchas ocasiones, por desidia, pereza o egoísmo no hacemos nada. Simplemente observamos en el mejor de los casos, esperando que alguien más haga un cambio. Vivimos en un mundo en el que la responsabilidad se pulveriza, y cuando tenemos la oportunidad de hacer algo bueno por otros y no lo hacemos, pensamos: “alguien más los puede ayudar”. Y sé que tu justificación es completamente válida: llevas prisa, no hay tiempo, vas tarde o te están esperando; o tal vez crees que nadie te ha ayudado a ti y no tienes ninguna obligación con nadie más.

Lo que pocas veces nos detenemos a analizar es que si todos pensáramos de esa manera, nada ocurriría. Día a día nos vamos endureciendo como sociedad y nos tocamos menos el corazón para apoyar a otros.

No tenemos que ser héroes de la sociedad, ni aparentar nada. Somos millones de personas en el mundo en nuestros respectivos países. Somos individuos con sueños particulares. ¿Qué ocurriría si cada día, sin importar en donde, todos ayudáramos a alguien más? Y no hablo de cosas gigantescas, sino de pequeños actos, como el sencillo hecho de permitirle el paso a otro en la calle o ceder un asiento en el transporte público. No necesita ser importante para nadie más que para la persona que recibe el regalo. Y sin embargo, eso nos conecta, nos hace más humanos, más conscientes de que no estamos solos, nos convierte más en “uno”. ¿Te imaginas la cantidad de milagros que ocurrirían todos los días? Millones de favores ocurriendo cada instante. ¿Cuánto cambiaría tu vida si hiciéramos esto? ¿Cómo cambiaría tú vida? Lo más increíble es que el regalo no es sólo para la persona que lo recibe, sino también para aquella que lo da.

Así que te invito a estar alerta, a buscar cualquier pretexto para regalarle una sonrisa a alguien, a ser más consciente  de nuestro entorno, de nuestra sociedad. Te invito a que no sólo tengas buenas intenciones, ¡ten buenas acciones!