¿A qué nos referimos cuando hablamos de
Compromiso?; ciertamente no buscamos una definición en el aspecto teórico, hay
muchas ahí, sino en el aspecto netamente práctico; en nuestro día a día, ¿a qué
le llamamos Compromiso?.
En su entendimiento más práctico, podemos
hablar de la disposición a hacer lo
mejor que puedo hacer, más allá de si tengo ganas en el momento; la
definición habla por sí misma, ¿no crees?. Si buscamos en la naturaleza humana
ejemplos claros y contundentes de esto, fácilmente los podemos encontrar en aquellos
que se encargaron en algún momento de traer una vida a este planeta.
En líneas generales, papás tienden a
demostrar el mayor nivel de compromiso de manera natural, están dispuestos
incluso a dar su vida por la de sus hijos, están dispuestos a levantarse las
veces que sean necesarias en la noche para atender a su bebé, no importa lo
cansados que estén, no importan las veces que sean, lo harán; y no simplemente
lo harán, ¡lo harán bien!, revisarán el pañal dos veces para asegurarse de que
“nada se salga” y el trabajo esté bien hecho.
¿Cuál es entonces el gran secreto del
Compromiso que mayormente experimentamos quienes hemos tenido la bendición de
ser papás?, uno muy simple y sencillo, elemental y básico: El secreto es AMOR, incluso
más que amor, es AMAR (amor puesto
en acción). ¿Te has dado cuenta cuánto compromiso experimentamos y ponemos a
nuestra disposición cuando amamos?, ¿has tenido la experiencia de amar lo que estás
haciendo?, ¿algún momento en particular?, ¿alguna persona?, ¿cómo te fue con
eso?, de seguro hubo más entusiasmo y motivación para hacer las cosas aunque
éstas no te gusten mucho, en otras palabras, la disposición a hacer lo mejor que puedo hacer, más allá de si tengo
ganas en el momento, es decir, ¡COMPROMISO!. Si podemos poner amor en
movimiento mayor garantía tendremos de que estará presente el compromiso; dejemos
de lado el amor y será más difícil experimentar el compromiso que queremos en
nuestra vida y en nuestros proyectos.
¿Y para qué quisiéramos comprometernos?, ¿para
lograr aquello que queremos?, ¿y eso qué es?, ¿lo sabemos?. Un punto importante
para aplicar compromiso es que aquello que quiero tener, hacer y/o ser en mi
vida necesita estar claro. Uno de los grandes problemas de nosotros, adultos,
es que vivimos el día a día y nos hemos olvidado de aquellas cosas que nos
motivan, que nos inspiran, aquellos grandes propósitos que alguna vez nos
movieron. Albert Einstein lo puso de manera fantástica hace más de 60 años:
“Caracteriza en mi opinión, a nuestra época, la perfección de medios y la
confusión de fines”; si olvidamos por qué hacemos lo que hacemos, es mucho más
difícil comprometernos con eso ¿no te parece?. Recuerda entonces, redescubre tus más elevados propósitos,
y será más fácil amarlos y por consiguiente, comprometerte con eso.
En conclusión, si eres de los que quieres
experimentar mayor compromiso en tu vida, en tus sueños y proyectos, con tu
pareja, con tu familia, con tus amigos, con tus compañeros de trabajo, las
claves son muy simples, y están a tu alcance: CLARIFICA lo que quieres y ÁMALO,
pon tu amor en marcha en ese lugar.
Gazú García Mendoza