lunes, 15 de junio de 2015

El amor verdaderamente mueve al mundo, por Romina González, Insight Perú

El amor verdaderamente mueve al mundo y el mundo lo ha olvidado…

Es curioso, como todo, absolutamente todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos por amor y es más curioso aún, cómo tantas veces ni somos conscientes de esto.
Si piensas por un momento, en la razón que te impulsa a levantarte cada mañana y esforzarte por lograr tus resultados, después de muchas razones aparentes que puedas darte a ti mismo - como por ejemplo “porque debo cumplir con mi trabajo” o “para pagar las cuentas”-, si miras un poco más profundo, te podrás dar cuenta que esa magnífica razón de fondo es el amor.

Si aún no te convence esta declaración, permíteme hacerte esta pregunta, ¿Por qué tienes que ir a trabajar? Y quien sabe, puede ser por muchas razones, pero de seguro una de estas es porque quieres bienestar y abundancia para ti y para la gente que amas, tus hijos, tus padres, las personas en tu vida. En esta línea también va el pago de tus cuentas, probablemente quieras estar bien, sin problemas, tener tus cosas, vivir tranquilo, darte un gusto, proveer a tu familia con una buena calidad de vida ¿No será que esto también lo haces por amor?.

¿Has observado a los bebes y a los niños pequeños? Ellos verdaderamente hacen todo por amor, a sí mismos principalmente y luego de estar satisfechos van hacia afuera a compartir con otros; se mueven por la vida con absoluta autenticidad, en contacto con su esencia, con eso que algunos llamamos “el corazón”. Pasa luego que el mundo, en su inconsciencia, al no recordar que todos somos amor, nos empieza a enseñar otras formas de manifestarnos en él y surgen comportamientos que nos brindan una supuesta seguridad y protección, justamente para participar a salvo en el mundo (competitividad, hermetismo, defensividad, intolerancia, etc.) y aunque no lo parezca, esto lo hacemos también por amor.


Para volver a nuestra manifestación más auténtica es necesario mirar hacia adentro y empezar a crear internamente aquello que queremos experimentar. Si quiero un entorno más afectivo, empezaré entonces por crear un ambiente interno más afectivo, yo conmigo, desde los mensajes que me doy, hasta el cuidado y tiempo que me dedico en las cosas más básicas de mi día a día. Si quiero ser escuchada, empezaré entonces por escucharme a mí misma y escuchar a otros. Es más sencillo de lo que parece, si quieres un abrazo, da un abrazo. Nuestra manifestación más auténtica es el amor. Si tienes niños cerca apóyate en ellos para reaprender, son excelentes maestros del amor, dan de aquello que tienen consigo; apóyalos también siendo más como ellos, déjalos que te vean ser Tú, de esta forma se mantendrán presentes con esa manifestación natural y no habrá sistema que los atrape o confunda, porque ellos sabrán quiénes son.

El mundo no recuerda que el amor lo mueve porque ha sido cubierto por siglos de guerras, injusticias, sacrificios; pero si le damos al mundo más de aquello que hoy no logra reconocer, podremos volverlo también a su propia esencia. Y recuerda esto, mientras más dones pongas en el mundo, más dones compartirá del mundo contigo. El mundo empieza en cada ser humano, desde sí mismo, desde casa, desde el corazón.

Yo tengo una creencia, puede que no siempre seamos conscientes de las bendiciones manifiestas, aun así, las bendiciones ya existen!!

Gracias por permitirme poner un cachito de amor en el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario