Mi vida
parece estar en constante movimiento, algunas veces es más evidente que otras,
pero en general siempre movido. El trayecto recientemente ha sido bastante
activo, más de lo que me parece normal. Por momentos me he sentido desafiado
como si se me estuviese poniendo a prueba la coherencia de lo que durante
tantos años he hablado en los seminarios.
Uno de los
temas es que mi hijo Cristóbal acaba de graduarse de la secundaria y está
haciendo trámites para ir a estudiar su universidad en Francia. Lo más probable
que él no regrese a vivir con nosotros y que esta es su partida de nuestro
hogar. Mi corazón está acongojado porque tengo una linda relación con mi hijo y
el saber que va a estar tan lejos y que no voy a disfrutar de su presencia en
la cotidianidad me duele y me cuestiona.
Algunas veces
me veo preparando los trámites de la universidad, organizando los temas financieros
y de visas de estudio y me pregunto ¿yo para qué estoy fomentando esto?
Cristóbal
tiene una claridad de intención impresionante en relación a sus estudios,
intención a partir de la cual manifestó esta realidad. Las posibilidades que él
fuera aceptado en esa Universidad eran muy remotas por lo tanto no siento la
autoridad moral para interponerme y por el contrario entiendo que juego un
papel fundamental para ayudar a concretar esa realidad.
Es tiempo de
elevarme y mirar desde mi ser superior esta nueva etapa de mi vida, disfrutarla
y ver que hay aquí para que yo pueda aprovechar para crecer y avanzar.
Yo
pongo a mi hijo en libertad para que vuele alto, para que cumpla el
camino trazado por su corazón, para que viva su propósito sea cual fuere y yo
siempre estaré aquí para recibirlo con los brazos abiertos.
Este post me llegó preciso!! Gracias John!!
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